Más afrentas vía impuestos
¿Quiénes fueron?, ¿dónde están?, ¿dormirán tranquilos?, ¿se sentirán orgullosos de su decisión, de su proceder?, ¿qué sonrisa expresarán cuando miren a sus representados?, ¿o será que no los mirarán, que no se acercarán, que huirán?, o peor, ¿será que nunca se han rozado siquiera con ellos? Diputados y senadores han votado por incrementar impuestos. Más gravámenes en época de crisis, de sueldos magros para la mayoría y explotación denigrante por todas partes, de altos ingresos para la elite política y gastos millonarios de los altos funcionarios, de privilegios fiscales para unos cuantos, de pobreza de millones de mexicanos y de una ausencia de esperanza en buena parte de la población. Sí, ellos votaron. Algunos lo hicieron levantando la mano y diciendo sí; otros simplemente se salieron de la sesión o se abstuvieron. Da lo mismo. Todos ellos participaron en esta decisión que agrava a buena parte de los mexicanos: una muestra más del cinismo, de la insensibilidad social y de la hipocresía de buena parte de la elite política.
¿Qué se votó en el Senado? Algo de lo que el PRI y el PAN ya habían aprobado en la Cámara de Diputados: aumento al Impuesto al Valor Agregado (IVA) de uno por ciento, es decir, la tasa pasó del 15 a 16 por ciento; incremento de 2 por ciento en el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y, además, el Impuesto de Depósito en Efectivo subió de 2 a 3 por ciento y ahora pagarán los depósitos bancarios que se hagan a partir de 15 mil pesos y no de 25 mil, como hasta este año había funcionado.
Esta semana recién concluida fue de “acuerdos” y “negociaciones”. Los del PRI trataron de evitar los “costos políticos”; los del PAN buscaron apoyar a Felipe Calderón e intentaron mantener la “unidad” y la “disciplina” de partido. El PRD, el PT y Convergencia ganaron debates, pero fueron pocos los que protestaron, pues una parte de esa “izquierda” política (la conocida como los chuchos o Nueva Izquierda) ha buscado denodadamente metamorfosearse en una izquierda moderna, moderada y bien portada, que no proteste y que se oponga a las decisiones de la derecha sólo levantando la mano, como gente “civilizada”. Los partidos que venden su apoyo al mejor postor trataron de sacar la mejor tajada: el Verde Ecologista (que de Verde y Ecologista tiene poco) y Nueva Alianza. Ellos también negociaron.
Restaurantes lujosos, pasillos de las instalaciones del Poder Legislativo y suntuosas oficinas de gobernadores, empresarios y secretarios de gobierno fueron los escenarios donde los “representantes del pueblo” negociaron: yo te apoyo pero me das esto, tú me apoyas y después recibirás esto, yo quiero esto, y si no es así, no hay trato, yo sé esto de ti, yo tengo órdenes de acá, y un largo etcétera. Sí, fue una semana de acuerdos y negociaciones donde la gente, el pueblo mexicano, ni en los discursos estuvo presente. Menos en las comilonas de los “representantes populares”.
A las grandes empresas no se les tocó. Los regímenes que permiten a estos consorcios gigantes evadir impuestos no se eliminaron. Al contrario, se mejoraron los beneficios. Claro, para lograr “destantear” a la población tuvieron que jugar a la desavenencia, a que se peleaban, a que Calderón se enfrentaba a los “empresarios” que no pagan impuestos, y a que estos empresarios respondían y argumentaban que ellos sí, que ellos nunca dejan de darle borbotones de dinero al fisco. Al final, se limaron asperezas y todos sonriendo, con una ley casi aprobada que facilita aún más a las grandes corporaciones evadir impuestos “legalmente”. En la Cámara de Senadores los del PRI y los del PAN apoyaron la propuesta para dar más beneficios a los grandes consorcios. ¡Ésos son los representantes del pueblo!
La intención es engañar, fingir que hay oposición y lucha de ideas, que hay debate. Pero todo está arreglado y pactado entre dos partidos. El PRI pretende regresar a Los Pinos: su candidato desde ahora es el copetudo Enrique Peña Nieto. El PAN se hace a la idea de dejar la presidencia. Ambos partidos apoyan a los que se sienten dueños de este país: los grandes empresarios que evaden impuestos y que tienen privilegios fiscales. A ambos organismos políticos les conviene estar en buen término con esos “empresarios responsables”: de ello dependen sus posibilidades de ganar elecciones.
En el Senado, el viernes pasado, hubo una obra teatral: los del PRI se salieron cuando se aprobó el incremento al IVA y al ISR, pensando que con ello evitaban los costos políticos. Los del PAN se quedaron ahí y argumentaron que ellos votaron por más gravámenes siempre pensando en el “bien de la patria”. Ambos partidos, juntos, aprobaron como aplanadora los beneficios fiscales para las grandes empresas. Todo negociado. Todo ya ensayado. Todo pactado. Lo malo es que, en estos pactos, en estas negociaciones, la gente de a pie quedó fuera. El pueblo no se tomó en cuenta, a la gran mayoría se le relegó, se le borró de lo negociado. Los que ganan son pocos. Los que pierden, muchos. ¿Cuándo se despertarán esos muchos?, ¿cuándo vengarán todas estas afrentas?
jorge_naredo@yahoo.com
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