Costará 21.8 mdp al mes por 20 años
Contrataron la planta de Aguaprieta
Funcionarios precavidos descendieron ayer al horrendo abismo del río Santiago y, al pie de la cascada de San Andrés, le declararon la guerra al casi bíblico azote de la contaminación, que ha destruido todo rastro de prosperidad en esta corriente fluvial, al menos en cien kilómetros que separan a El Salto y la presa Santa Rosa, durante los últimos 35 años.
Fue la firma del contrato por el cual el corporativo empresarial Renova Atlatec SA de CV, formado por ICA, Atlatec y Trident, asumió la responsabilidad de construir y operar, de ayer a 20 años, la planta de tratamiento de Aguaprieta, una de las mayores del país, que estará enclavada 25 kilómetros aguas abajo de este paraje fétido y magnífico.
El costo de la obra será de 2,318.5 millones de pesos, con subsidio federal e inversión del corporativo, a partes iguales. Demorará tres años en entrar en operación. Cuando sanee la primera gota, comenzará el cobro de 21.8 millones de pesos mensuales a la ciudad, hasta concluir la concesión, en el año 2029. Así, esta zona habrá recuperado parte de su primigenia pureza, aseguró un inspirado Emilio González Márquez.
“Cada avance del segundero, Guadalajara arroja 8,500 litros de mezclas pestilentes al río Santiago. Somos la ciudad de América que más contamina; esto es lo que ocurre cuando eternizamos nuestras discusiones, cuando triunfan los que se oponen a las alternativas de acción”, sentenció el gobernador, elocuente y desinformado: evidentemente, las ciudades de México o Buenos Aires, mucho más populosas, vierten mayor polución en sus cuencas que la Perla de Occidente.
En su breve alocución se dio espacio para divagar sobre la inspiración que la poderosa falla trajo a genios como Gerardo Murillo, el Doctor Atl, uno de los grandes paisajistas mexicanos, nativo tapatío. Así, hizo votos para que la recuperación de los ecosistemas sirva de acicate al estro de otros artistas, que deberían alcanzar la talla del creador de Olinka (quién iba a decirlo: hasta políticas culturales caben en las obras públicas).
Si al llegar ya lucían su tapabocas, la cosa se puso más extrema al descender el viejo puente que adorna la caída de agua, cuando se pusieron un delgado impermeable para no ser víctimas de la brisa mortal, mezcla de H2O, cloros, heces y basura fabricados en la metrópoli.
En realidad, esta cascada se podría secar gran parte del año, pues las turbias aguas de su arroyo se canalizarán por un túnel colector paralelo al Periférico, para entregarse en la verdadera Aguaprieta, sitio que ayer nadie conoció. Pero la mañana era hermosa, y la audacia de un puñado de funcionarios merecía festejar este raudo viaje a los pútridos infiernos citadinos, devastados por décadas de indiferencia.
Más datos
La obra de Aguaprieta generará un tratamiento secundario con digestores anaeróbicos de lodos y cogeneración de energía con esta materia prima. El contrato se firmó por 2,318.5 millones de pesos, y dará mil empleos durante la construcción y cinco mil indirectos, según datos de la empresa.
Según Carlos Méndez Bueno, del corporativo ganador de la licitación, su construcción durará 33 meses, es decir, casi tres años. Luego de este plazo, la empresa también se encargará de la operación durante 207 meses. Cada mes de la operación se cobrará a 21 millones 844,838 pesos.
César Coll Carabias, titular de la CEA, informó que hubo dos inconformidades por el proceso de licitación, pero “la Secretaría de la Función Pública le dio la razón al gobierno del estado”, lo que permite acelerar contratos y entrada en operación.
Guadalajara vierte cerca de diez mil litros por segundo de aguas negras al Santiago; la obra de Aguaprieta tratará 80 por ciento, mientras que la planta de El Ahogado y la de río Blanco se encargarán del resto.
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