Temacapulín, la cumbre de las izquierdas
Reporte de inteligencia
Pablo César Carrillo
Ayer llegaron las Abejas de Acteal, Chiapas.
Y están invitados los activistas de Atenco y los sindicalistas del SME.
La presa de El Zapotillo puede convertirse en la nueva bandera de los grupos de izquierda del país, si no hacen algo de inmediato para desactivar el movimiento. El Gobierno Federal ha descuidado el problema de Temacapulín y los pueblos que serán inundados en Jalisco para traer agua a León para los próximos 25 años.
Así comenzó Atenco y así comenzó Oaxaca.
En Atenco el Gobierno dejó crecer el movimiento que impedía la construcción del Aeropuerto de Texcoco y la obra fue cancelada al final. Después los líderes de Atenco tomaron tanto poder que ya nadie se podía meter al municipio. Al final el gobierno Federal tuvo que entrar a Atenco, golpear a los inconformes y meterlos a la cárcel con penas de hasta 57 años para Ignacio del Valle y sus seguidores.
En Oaxaca, el gobernador Ulises Ruiz no tuvo tacto para manejar el conflicto y trató de reprimirlo en los primeros 15 días, provocando un conflicto que duró 7 meses y estuvo a punto de tumbar al Gobernador. El conflicto de Oaxaca también fue desactivado con la fuerza pública, con tanquetas, helicópteros y balazos. Y también encarcelaron a los líderes del magisterio, como Flavio Sosa.
Ese es el gran riesgo en Temacapulín.
La presa de El Zapotillo podría convertirse en la gran cumbre de los grupos de izquierda que andan buscando una nueva bandera para protestar. Ya están ahí los activistas de Las Abejas de Acteal, surgido después de la masacre de Acteal. Y están invitados los de la APPO de Oaxaca. Además por Internet están pidiendo el apoyo de todo los grupos inconformes, globalifóbicos e izquierdosos del país. Por ahí también ya estuvo Andrés Manuel López Obrador.
Lo extraño es cómo el Gobierno los dejó entrar a la presa. El movimiento de inconformidad tiene casi dos años y los dejaron entrar sin ningún problema. Es increíble que el Gobierno Federal y el de Jalisco no hayan previsto que esto podía ocurrir. Es increíble que no hayan aprendido nada de Atenco y de Oaxaca.
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