13.5.10

Ágora

JUAN CARLOS G. PARTIDA

Caballito de etanol

Sin alharaca ni foros especiales como ha sucedido en los años recientes, en Juanacatlán parece que por fin se pondrá en marcha la primera fábrica productora de etanol a base, nada menos, que de la planta de agave, esa misma que abunda en Jalisco con derecho de denominación o no, y en otras entidades del país, la cual muchas veces se pasa de madura porque la industria del tequila no es capaz de absorber toda la producción.

Se anuncia una producción superior a los 100 millones de litros por año, lo que habla del tamaño de la empresa a la que se invertirán 400 millones de pesos de entrada. Desde la época de Bebeto Cárdenas como gobernador se hablaba de proyectos así, y muchos recuerdan las primeras piedras que se pusieron a otros tantos proyectos que después quedaron simplemente como promesa. Pero como Jalisco será el estado piloto a nivel nacional para el consumo de biocombustibles, la empresa que se avienta el trompo a la uña ahora sí, sabe el potencial del mercado al que le entra, un consumo que calculan sería de 175 millones de litros por año.

El uso de etanol podría convertirse en un paliativo de verdad a la contaminación ambiental producto de los automotores. Y la planta está pensada para ganar la licitación que pronto abrirá Pemex. De hecho, al ser la primer fábrica de su tipo en el estado, seguramente llevará las de ganar y por eso con visión de futuro inmediato, consiguieron unas 30 hectáreas a siete kilómetros de las terminales de abastecimiento que tiene Pemex.

El proyecto también prevé el tratamiento de las contaminantes vinazas, lo que garantizará que no habrá descargas a los atascados sistemas de desagüe que llegan al río Santiago. El requisito fue del propio Ayuntamiento, según los empresarios, para garantizar que la planta tendrá estándares ambientales. Lo que emanará de esta planta, además del etanol, será vapor y alimento para ganado.

La idea de utilizar agave además es francamente muy buena. No sólo para desplazar las toneladas de agave maduro que cada año se pierde o malbarata, echando de paso a perder el tequila que se crea a partir de estas piñas, sino porque se trata de un producto que no compite en la canasta básica y no pone a trabajar tierras aptas para ese proceso, lo que en ninguna forma encarecería los alimentos, como sucedió con el boom del etanol a base de maíz.

Y aunque el etanol jalisciense a base de maguey empezará a salir al mercado hasta diciembre o enero, los empresarios que ayer me dijeron que “hasta ahorita no hemos tenido apoyo económico de parte del gobierno estatal”, ya planean una segunda planta que estaría cercana a las abastecedoras de Pemex en Zapopan, tal vez con base en Amatitán.

Cuando uno ve las enormes canonjías que se llevan empresas trasnacionales año con año de los fondos revolventes no solo del gobierno estatal sino de los municipios, no entiende como un proyecto que redundaría directamente en el bienestar social, 100 por ciento mexicano y con tecnología local, no recibe un trato similar. Será que hay diferente escala de valores entre ciudadanía y gobierno.

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