28.1.10

ENTREVISTAS EN LA ASAMBLEA...


El Rio Santiago—"El rio de la muerte"

La 5th Asamblea Nacional de Afectados Ambientales reunió a mexicanos de todos los rincones del país. Si bien muchos grupos se concentraron en los problemas específicos de su comunidad o región, algunos asuntos emergían una y otra vez ya que representan situaciones de crisis. El río Santiago, que los pobladores llaman "el río de la muerte", es uno de estos asuntos.

El río Santiago recibe los residuos y desechos de numerosos centros industriales de la región; sus aguas están entre las más contaminadas de la tierra. En febrero de 2008 un niño de ocho años, Miguel Ángel López Rocha, murió de envenenamiento por arsénico después de haber caído al río. La ONU ha criticado el uso del río Santiago y ha emitido al respecto un informe sobre violaciones del derecho a la salud y a un ambiente seguro en las comunidades de Juanacatlán y El Salto, declarando que el río "es ahora uno de los más contaminados del país. Se ha convertido en un riesgo de salud para los pobladores de Juanacatlán y El Salto."

El Programa de las Américas asistió a la 5th Asamblea, que se celebró en noviembre de 2009, en la comunidad de Chichicuautla, Puebla, una comunidad agropecuaria ubicada cerca de la granja porcícola Smithfield-Carroll, en donde apareció el primer brote de la pandemia de fiebre porcina (H1N1). Hablamos con un grupo de representantes de las comunidades que rodean el río Santiago, acerca de su lucha local por rescatar el río, y salvarse ellos mismos de un ambiente cada día más tóxico.
"Salto de Vida"

Precisamente por lo que significa el nombre de la población, El Salto, sus habitantes denominaron a su grupo ambiental como "Un Salto de Vida". La mayoría de los nuevos activistas del grupo son mujeres, algo muy natural considerando que son quienes lidian con las amenazas contra sus familias en un nivel personal y directo.

Guadalupe Rivera nos explicó por qué los miembros de la comunidad se organizaron para defender su ambiente, y por qué han unido fuerzas con esta Asamblea Nacional de Afectados Ambientales.

"El gobierno no nos quiere hacer caso de que el río está contaminado viendo como está el agua y las enfermedades. Está altamente contaminado. El gobierno no hace nada para nosotros. El agua huele mal, vivo cerca y huele a huevo podrido, mucha espuma. Ya no tengo plantas en mi jardín por el río—nos mancha la piel. Me hicieron la prueba de sangre—mi ADN está degenerando. Quieren quitar una escuela porque está pegada al rio. Dicen que los niños están enfermos pero realmente quieren hacer un parking allí para empleados del gobierno. Los niños ya no están en la escuela pero siguen viviendo al lado del río. Es ilógico."

Virginia Vásquez, que también vive en El Salto, situado a la vera del río Santiago, habló de los peligros originados por el río.

"Hay gente muriendo de cáncer, problemas renales, infartos, etc. El hermano de mi esposo murió el año pasado como resultado de la contaminación. Es muy grave. Son dos, tres muertos al día. Las fábricas están allí y dejan todo su excremento con nosotros. Hay un 'tour de horror' cerca del río, dónde se puede ver la contaminación, pescados muertos, etc."

Otro miembro del grupo, Humberto Cervantes, dice: "Han de hacer más pruebas para descubrir las enfermedades que están provocadas por el río. Hay un olor muy fuerte del río. Hay que unir las comunidades para participar en contra del río. El gobierno quiere reubicar toda esta gente para poder hacer lo que quiere con el río."

Agrega José Casillas, de Ixtacán: "Se está desapareciendo nuestra forma de ganar la vida—verduras , ganado, plantas—todo por la contaminación del río. La contaminación la manda el gobierno a nosotros. Va a llevar a la destrucción ecológica y la destrucción de nuestros pueblos."

Casillas resume así la catástrofe: "Nuestra fuente de vida se va—por eso estamos aquí a la Asamblea, porque queremos unir fuerzas y luchar para salvar nuestros pueblos y nuestras vidas. Han construido vertederos de basura allí—no sólo de desechos domésticos sino desechos peligrosos. Somos invisibles. Hace diez años, este río era nuestra vida. Ahora no queda nada. Si sigue así, pronto no vamos a poder hacer nada… ni sembrar."

Michael Collins y Laura Carlsen

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