Las autoridades, obstinadas en negar la contaminación existente, denunciaron
“Queremos recuperar nuestro paraíso”, sentencia la asociación Un Salto de Vida
Los ciudadanos dieron a conocer un mapa que registra las zonas de polución más críticas
JORGE COVARRUBIAS
El río Santiago, anteriormente de aguas cristalinas
“¿No es cierto que necesitamos hablar por horas para entender, unirnos, organizarnos, vernos de frente a nosotros, sin tener que voltear a ningún lado, sólo adentro, a nuestro propio espacio, en las casas, en los barrios para recuperar el paraíso que es nuestro? Queremos reivindicar nuestro territorio: han orillado a que la gente quiera irse de El Salto por los riesgos a la salud, y al abandono de sus casas”, sentencia la asociación civil Un Salto de Vida en un mapa realizado para dar a conocer a la población las zonas más críticas de contaminación.
El mapa se presentó ante estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) en la que sus propios realizadores dieron testimonio de las dificultades que han tenido con las autoridades para obligarlos a implementar acciones de saneamiento. Para su elaboración se requirió el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, de Alemania (Rosa Luxemburg Stiftung, en su idioma original).
En dicho trabajo, consistente en una lámina con fotografías de la problemática, una breve historia del lugar, mapa y simbología de carreteras, unidades habitacionales, industrias, descargas residuales y canales y principales tiraderos de basura, se muestra a plenitud la contaminación ambiental que afecta a los pueblos de El Salto, Juanacatlán, Puente Grande y Tololotlán.
Rafael Ramírez, miembro de un pequeño grupo que acaba de constituirse (Grupo Meta Mejora tu Ambiente), recordó que los alrededores del río Santiago eran lugar de esparcimiento y en sus aguas había vida.
“Era un río amigo, nadie se preocupaba del río. Nadie hablaba del río, lo tenía ya la gente en la cabeza como algo que podía estar allí y que era benéfico y que era amigo. Qué pasa ahora 30 años después. Ahora es el peor enemigo de la población”, comentó con un dejo de añoranza a la vez que cuestionó ciertos aspectos del desarrollo del municipio de Zapotlanejo, que desde su punto de vista resultarán perjudiciales; un libramiento que convertirá al pueblo en un “pueblo hotel”.
De todo lo que dijo en su participación, resaltó un dato significativo; la secretaria del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semades), Martha Ruth del Toro Gaytán no sabía dónde estaba Puente Grande, y cuando visitó el pueblo se quedó asombrada del grado de contaminación existente.
“Ese río está golpeando la personalidad de los habitantes de Puente Grande”, les dijo a los estudiantes.
En la charla participaron también Eleazar Macías, habitante de Ixtlahuacán del Río y miembro del Colectivo de La Raza, quien pidió al alumnado hacer un compromiso para cuidar del medio ambiente. Sofía, hija de Graciela González, vocera de la asociación Un Salto de Vida se refirió a la obstinación de las autoridades para negar la contaminación y las enfermedades de sus habitantes.
“No sólo estamos seguros de que estamos enfermos, sino que también de que el gobierno en todo el tiempo nos quiere apagar, todo el tiempo dice 'están bien', Secretaría de Salud dice 'por qué se quejan de tener ronchitas en la piel, si a todo el mundo le pasa, en todos lados hay zancudos, por qué se quejan de eso', cuando no se dan cuenta de que hay muchísimos abortos, hay muchísimo cáncer”, comentó.
En el foro participó también el doctor en estudios socioculturales Raúl Acosta, cuyo trabajo de investigación ha girado en torno al análisis de las organizaciones ciudadanas. Su tesis es que las mismas asociaciones se han especializado para combatir las decisiones de gobierno con la asesoría de expertos, y documentos, de tal manera que las autoridades no saben cómo responder a las demandas.
Sobre la detención de Raúl Muñoz Delgadillo, presidente del Comité de Defensa Ambiental de El Salto, señaló que es un ejemplo del acoso que sufren los activistas sociales, una vieja práctica de los regímenes priístas.
El documento que entregaron los expositores a los estudiantes contiene además información acerca de los tóxicos que se encuentran en el río Santiago y sus consecuencias para la salud. Acido sulfhídrico, mercurio, arsénico, cromo, plomo y furanos se encuentran en el torrente del río. Uno de ellos, envenenó al niño Miguel Angel López Rocha.
“Podríamos pensar cómo lograr que el trabajo que se realice durante los siguientes 30 años sirva para que en los próximos 300, nuestros descendientes tengan garantizada una vida digna, a la que todos tenemos derecho”, concluye la asociación con esta interrogante que queda abierta para autoridades y sociedad en general.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario