Sanear el Río Santiago, el reto para el sexenio Requisito para Arcediano
La CEA asegura que pugnará por inversiones para abatir la contaminación en ese afluente
GUADALAJARA, JALISCO (05/ABR/2013).- El paso previo a garantizar el regreso de la diferida Presa de Arcediano (que busca dar conclusión al proyecto hídrico del sexenio 2013-2018) es acabar con la contaminación del Río Santiago. Un reto que asume la Comisión Estatal del Agua (CEA) y que considera cristalizable durante la administración de Aristóteles Sandoval.
La anterior estructura de esa dependencia logró un avance considerable al concluir la primera fase de la planta de tratamiento de aguas residuales de El Ahogado —que trata 2.5 metros cúbicos por segundo, o dos mil 500 litros, y limpia el líquido de desecho del Sur de la ciudad—y arrancar la edificación de la macroplanta de Agua Prieta, que tratará 8.5 metros cúbicos (ocho mil 500 litros) por segundo de la Cuenca de Atemajac.
Pero Agua Prieta apenas funcionaría a 76% durante sus primeros meses, toda vez que dos mil litros que se vierten desde las cuencas de San Gaspar, San Andrés y Osorio, deben ser encauzados hasta esa macroplanta a través del Túnel Interceptor de Oriente, que está a mil millones de pesos de quedar construido.
José Luis Hernández Amaya, el nuevo titular de la CEA, asegura que ése será un proyecto que verá la luz durante este periodo gubernamental, al mismo tiempo que se prestará atención a todas las plantas de tratamiento de toda la cuenca del Río Santiago que en estos momentos no funcionan o trabajan con deficiencias.
“Vamos a completar el saneamiento de la Cuenca de El Ahogado, donde también se requiere una inversión de tres mil millones de pesos (...) Está contemplado el saneamiento de la cuenca alta del Río Santiago, desde el Río Zula: lo que le llega de agua desde Ocotlán. Hay que rehabilitar esa planta, la de Arandas, la de Puente Grande, para que el Río Santiago tenga un control puntual de su contaminación, desde Ocotlán hasta cruzar la Zona Metropolitana de Guadalajara”.
De igual manera, la CEA reforzará sus áreas de vigilancia para obligar a todas las empresas a que traten sus aguas y sancionará las omisiones para evitar que se descargue más líquido en condiciones no aptas, siempre en colaboración, asegura, con la Comisión Nacional del Agua y la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial.
Confía en que se dará un lugar prioritario al agua, para que la asignación de fondos en el sexenio permita dar un vuelco a las condiciones deterioradas, a los olores fétidos y a las mala calidad de vida de los vecinos, con el propósito de regresar el verdor a la zona y, eventualmente, explotar su potencial turístico.
OFRECEN AYUDA EL EJECUTIVO
En Temacapulín quieren claridad
El clima entre los habitantes de Temacapulín es de incertidumbre, pues los habitantes de este poblado alteño que se genera al percibir falta de coordinación de las instancias del Gobierno estatal en su postura respecto al tema de la presa El Zapotillo, comenta el abogado del Comité Salvemos a Temacapulín, Guadalupe Espinoza Sauceda.
El futuro de este poblado, además de las comunidades Acasico y Palmarejo, depende de la altura de la cortina de la presa, y el Gobierno estatal se comprometió ayer con la defensa del pueblo y con una presa de 80 metros, con lo cual la comunidad se libraría de verse inundada. Pero los vecinos quieren certeza. “Un día dicen que sí y otro que no. Genera desgaste en las personas, porque ya quieren cerrar ese capítulo”, comenta Guadalupe Espinoza.
A la incertidumbre se le suma el daño psicosocial, estudiado por expertos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), generado por las versiones acerca de que Temacapulín sí será inundado. Depresión, diabetes e incluso muertes se han manifestado a causa de esto, refiere el abogado.
Aunque el gobernador exprese que la decisión final de la altura de la presa será de la Federación, los vecinos opinan que, si su postura será luchar contra la inundación, Jalisco puede colaborar para parar el proyecto, y el Comité Salvemos Temacapulín espera que cumpla sus pronunciamientos.
La anterior estructura de esa dependencia logró un avance considerable al concluir la primera fase de la planta de tratamiento de aguas residuales de El Ahogado —que trata 2.5 metros cúbicos por segundo, o dos mil 500 litros, y limpia el líquido de desecho del Sur de la ciudad—y arrancar la edificación de la macroplanta de Agua Prieta, que tratará 8.5 metros cúbicos (ocho mil 500 litros) por segundo de la Cuenca de Atemajac.
Pero Agua Prieta apenas funcionaría a 76% durante sus primeros meses, toda vez que dos mil litros que se vierten desde las cuencas de San Gaspar, San Andrés y Osorio, deben ser encauzados hasta esa macroplanta a través del Túnel Interceptor de Oriente, que está a mil millones de pesos de quedar construido.
José Luis Hernández Amaya, el nuevo titular de la CEA, asegura que ése será un proyecto que verá la luz durante este periodo gubernamental, al mismo tiempo que se prestará atención a todas las plantas de tratamiento de toda la cuenca del Río Santiago que en estos momentos no funcionan o trabajan con deficiencias.
“Vamos a completar el saneamiento de la Cuenca de El Ahogado, donde también se requiere una inversión de tres mil millones de pesos (...) Está contemplado el saneamiento de la cuenca alta del Río Santiago, desde el Río Zula: lo que le llega de agua desde Ocotlán. Hay que rehabilitar esa planta, la de Arandas, la de Puente Grande, para que el Río Santiago tenga un control puntual de su contaminación, desde Ocotlán hasta cruzar la Zona Metropolitana de Guadalajara”.
De igual manera, la CEA reforzará sus áreas de vigilancia para obligar a todas las empresas a que traten sus aguas y sancionará las omisiones para evitar que se descargue más líquido en condiciones no aptas, siempre en colaboración, asegura, con la Comisión Nacional del Agua y la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial.
Confía en que se dará un lugar prioritario al agua, para que la asignación de fondos en el sexenio permita dar un vuelco a las condiciones deterioradas, a los olores fétidos y a las mala calidad de vida de los vecinos, con el propósito de regresar el verdor a la zona y, eventualmente, explotar su potencial turístico.
OFRECEN AYUDA EL EJECUTIVO
En Temacapulín quieren claridad
El clima entre los habitantes de Temacapulín es de incertidumbre, pues los habitantes de este poblado alteño que se genera al percibir falta de coordinación de las instancias del Gobierno estatal en su postura respecto al tema de la presa El Zapotillo, comenta el abogado del Comité Salvemos a Temacapulín, Guadalupe Espinoza Sauceda.
El futuro de este poblado, además de las comunidades Acasico y Palmarejo, depende de la altura de la cortina de la presa, y el Gobierno estatal se comprometió ayer con la defensa del pueblo y con una presa de 80 metros, con lo cual la comunidad se libraría de verse inundada. Pero los vecinos quieren certeza. “Un día dicen que sí y otro que no. Genera desgaste en las personas, porque ya quieren cerrar ese capítulo”, comenta Guadalupe Espinoza.
A la incertidumbre se le suma el daño psicosocial, estudiado por expertos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), generado por las versiones acerca de que Temacapulín sí será inundado. Depresión, diabetes e incluso muertes se han manifestado a causa de esto, refiere el abogado.
Aunque el gobernador exprese que la decisión final de la altura de la presa será de la Federación, los vecinos opinan que, si su postura será luchar contra la inundación, Jalisco puede colaborar para parar el proyecto, y el Comité Salvemos Temacapulín espera que cumpla sus pronunciamientos.
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