Bola de mentirosos, los que promueven El Zapotillo, dice el padre Íñiguez
Jorge Covarrubias.- La defensa de los pueblos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo convirtió al padre Gabriel Espinosa Íñiguez en una figura pública que no
Jorge Covarrubias.- La defensa de los pueblos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo convirtió al padre Gabriel Espinosa Íñiguez en una figura pública que no tiene el menor empacho en decir las cosas que piensa. Su postura en contra de la presa El Zapotillo, que provocaría la inundación de los tres poblados, le ha valido confrontaciones con el titular de la Comisión Estatal de Agua (CEA) César Coll Carabias –quien comparece hoy ante el Congreso del Estado– y se rumora que su cambio de adscripción a la parroquia de Santa María Magdalena en el valle de Tesistán, obedeció a una instrucción del cardenal retirado Juan Sandoval Íñiguez, quien nunca estuvo de acuerdo en que el sacerdote abanderara la causa de los habitantes (La Jornada, 2 de marzo del 2011).
Antes de que se nombrara al nuevo arzobispado de la Arquidiócesis de Guadalajara, el padre sostuvo una charla con este rotativo donde asegura que nunca ha tenido pleitos con nadie y sus demandas se apegan a la doctrina cristiana. Está convencido de que la presa es un capricho de las autoridades y que detrás del proyecto hay una sarta de falsedades.
–¿Qué broncas con el cardenal (Juan Sandoval) le trajo su activismo?
–Ninguna, absolutamente yo no tengo ninguna bronca con el cardenal, o sea yo estoy cumpliendo mi misión como sacerdote, estoy en la parroquia donde el cardenal me ha mandado. Creo que en este aspecto yo he obedecido al obispo, estoy donde me mandó; celebro misa todos los días, bautizo a los niños, caso a los novios, celebro funerales de las personas que mueren, visito a los enfermos, hago promoción social en mi parroquia, predico la palabra de Dios, estoy construyendo un templo nuevo hacia Santa María Magdalena, entonces yo simplemente estoy cubriendo mi deber sacerdotal en la parroquia de Santa María Magdalena y en mis días de descanso, en mis tiempos libres, en mis horas extra que yo me invento, pues participo en algo que es muy humano y muy cristiano que es la defensa de la vida.
Eso en la Iglesia siempre lo hemos predicado y no nomás hay que predicarlo hay que ponerlo en práctica, entonces yo con el señor cardenal no tengo ningún problema con él, absolutamente cumplo con mi deber como sacerdote y comulgo con él en cuanto que la Iglesia debe defender y tener compromiso de estar a favor de la vida, a favor de la paz, a favor de la justicia y también anunciar las buenas noticias y denunciar las injusticias que existan o que se quieran cometer, que es parte lo que tenemos de obligación.
–¿Con quién sí ha tenido problemas?
–Yo… yo… yo…, más bien ellos conmigo, porque yo broncas creo que ni las estoy buscando, ni las estoy provocando.
–César Coll lo ha llamado revoltoso.
–El problema es, ellos tienen bronca conmigo, pero yo con ellos no. Si César Coll tiene broncas conmigo la bronca es de él porque yo en ningún momento he buscado dañarlo a él, ni a la Comisión Estatal del Agua, ni a la Comisión Nacional, ni a Segob, ni a la Iglesia, ni a nadie. Yo creo que mi trabajo es solamente como una persona que tiene principios, que tiene principios morales, principios de fe y que tiene también un convencimiento total de que la lucha es justa, que estamos defendiendo lo que es de nosotros y que si hablan por ejemplo de que defendemos tierras, terrenos, de que yo debo dedicarme a las cosas del espíritu y que no tanto a las cosas de la tierra, bueno creo que como dijo Cristo, nuestro señor, “dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, y yo como sacerdote a Dios le doy lo que es de Dios, y al César le doy lo que es del César, y si las autoridades hacen cosas buenas, los voy a felicitar, pero si las autoridades hacen cosas malas, injustas, yo voy a acusarlos de que también son pecados, porque es robar.
Lo que están haciendo con Temaca es contra los diez mandamientos; no robarás, no matarás, no mentirás. Son una bola de mentirosos; que el agua es para Guadalajara, ¡qué no inventen con esos espots que están sacando!, con esos anuncios en el periódico que el agua es para Guadalajara, ni ellos se la creen, qué no engañen a la gente, tengo obligación de decirlo como ciudadano y también como sacerdote, sería un pecado de omisión mío no decirlo.
Yo nomás llamaría a la sociedad jalisciense a que tengamos memoria histórica: ¿Quiénes están promoviendo la presa El Zapotillo? Son exactamente las mismas autoridades que promovieron Arcediano, ¡por el amor de Dios! que no nos vean la cara.
Si la ciudadanía tapatía le está creyendo a la Comisión Estatal del Agua que la presa El Zapotillo es para Guadalajara, por el amor de Dios, si nosotros sabemos muy bien cómo está el asunto de Arcediano, como desalojaron a la gente, que rompieron el puente, gastaron más de 700 millones y hasta hicieron espots de la presa de Arcediano en donde decían que era lo máximo Arcediano, que no me vengan a decir a mí que El Zapotillo es lo mejor.
Yo demandaría a César Coll, a (Héctor) Castañeda (director de Cuencas de la CEA) y a toda esa gente inútil por estar gastando nuestros recursos en una publicidad falsa, es confundir a la gente, es darle al pueblo atole con el dedo, que no inventen cosas. Es más, yo le apuesto a quien sea que el tiempo nos va a dar la razón cuando se descubra que con todos estos inventos que está haciendo el gobierno de Jalisco actual no van a resolver el problema de Guadalajara ni con el segundo acueducto de Chapala, eso se los puedo demostrar por sentido común.
–Antes de que falleciera el obispo Samuel Ruiz usted se entrevistó con él…
–Sí, yo tuve la oportunidad de conocer a Samuel Ruiz en mayo del 2010, precisamente en la Ciudad de México en el foro Aguas, Ríos y Pueblos, lo conocí en ese foro junto con el obispo Luis Infante y tuvimos una plática muy buena.
–¿Qué le dijo?
–Pues que le echara ganas, qué me podía decir él, fue lo que compartimos, fue muy breve la entrevista y lo único que yo recuerdo de trascendencia fue “sigan luchando”.
La lucha es por el reino de Dios, no es una lucha ciega, no es un capricho de Temaca, de nosotros, al contrario, creo que hemos sido demasiado creativos y hemos dado a las autoridades, tanto estatales como federales, inclusive a la ciudadanía jalisciense una gran muestra de civilidad, de preocupación por encontrar alternativas para una mejor gestión del agua no solamente en Jalisco sino a nivel nacional, creo que Temaca puede ser a estas alturas como un movimiento que bien puede sentirse como la madre de la revolución del agua, creo que Temacapulín podría denominarse como la creadora de la revolución del agua que seguiremos impulsando. Ya no es salvar Temaca, Temaca ya no trabaja para salvarse así mismo.
–¿Qué le aprendió?
–Yo le aprendí una gran sensibilidad por el evangelio porque él ahí dio un discurso muy bien escrito que llevaba preparado en donde prácticamente habló de tres cosas: primero, desde la palabra de Dios, nuestro compromiso es con la palabra de Dios; segundo nuestro compromiso es con el prójimo, especialmente con los más necesitados y con los más pobres, con los marginados, con los que están en peligro y tercero con la naturaleza.
El padre relata que se involucró en la causa de los pobladores debido a que sus parientes son oriundos de Temacapulín y prácticamente su infancia la vivió en ese sitio al que visitaba regularmente.
“Muchas veces estuve en Temaca, a mí me tocó por ejemplo ir al agua fría a traer un cántaro para beber, me tocaba ir al agua caliente en baldes cargando con burro con cadenas, traer el agua con mi abuelita, ir a la leña, trabajo ordinario de campo, pizcar chile, ir a pescar, yo creo que todo eso es parte de la lucha ordinaria que Temaca estuvo haciendo desde siempre”, afirma.
Es en el 2005 cuando se entera de los planes para construir la presa El Zapotillo y por petición de los pobladores acude al Congreso del Estado para hablar con los diputados. Les dijeron que la altura de la cortina sería 80 metros y con la colocación de unos diques el pueblo se salvaría.
“Yo recuerdo que hablé con mi hermano sacerdote, el padre Catarino Espinosa Íñiguez y que me dijo: no te preocupes, el gobierno no tiene dinero para hacer la presa, andan con lo de Arcediano, ni la van a hacer. Así quedó, eso fue en 2005. Pasó 2006 y 2007 y yo no supe nada de la presa. Yo iba a Temaca, o sea que prácticamente del 2005 al 2007 hubo un espacio como ciego, en donde la gente y las mismas autoridades como que ya, no hablaban de la presa, como que se bajó el nivel del proyecto, no sé qué pasó y cuando supe la noticia de los 105 metros y el problema de Temaca que se iba a inundar fue encontes cuando me fui a Temaca de vacaciones, agarré mis vacaciones de la parroquia y me dije, ‘voy a Temaca para saber qué exactamente está sucediendo’ y ya fue entonces cuando empecé a escuchar las noticias, el periódico, la plática de la gente y que no querían que Temaca se inundara”.
A Temacapulín han concurrido diversas organizaciones no gubernamentales, algunas como la Fundación Cuenca Lerma Chapala y Mapder retiraron su presencia, y el primer comité de defensa que se creó desapareció porque el encargado comenzó a negociar con el gobierno del estado, asegura Espinosa Íñiguez. A pesar de los traspiés que han sufrido no tiene dudas de que la presencia de ONG ha sido benéfica para el movimiento y cierra con esta alocución: Dios también es una ONG muy poderosa.
“Lo que sí estoy seguro es que Dios también es ONG y así todas las ONG se nos retiren o alguna ONG nos traicione, sabemos que Dios no nos va a traicionar, nosotros sabemos y es un principio de fe de Temaca que Dios está con nosotros y eso lo debe saber también el gobierno porque a veces ellos minimizan el poder de Dios y dicen: ‘está bien Dios. Pero ellos tienen dinero, tienen poder, tienen influencia política y la presa la están haciendo, ya van en el 25, en el 30 por ciento: ¡Nos vale madre!, el poder de Dios, Dios puede venir dentro de unos cuantos días y se las truena, digo pa’ que no piensen que va a estar muy fácil que nos hundan, no van a poder porque Dios está con nosotros, eso se los garantizamos, aunque algunos piensan que somos del diablo y que hacemos diabluras y que cosas de esas, pero bueno, yo pienso que al final se va a saber, esto es hasta el final, mientras esto sigue, la guerra, la lucha sigue”.
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