Las plantas nómadas de Esparza convierten agua contaminada en energía
El artista mexicano ha conseguido en España el sistema energético con celdas de combustión microbianas, donde unas bacterias transforman el líquido en la fuerza que necesita el robot para desplazarse y actuar
R. BOSCO / S. CALDANA 08/04/2010
El fascinante artefacto se exhibe inmóvil, como si fuera una escultura, en una peana luminosa del gijonés Laboral Centro de Arte. De lejos las plantas que sobresalen de su estructura le hacen parecen una curiosa maceta, pero las doce patitas que le rodean le dan un aspecto más de bicho que de vegetal. De hecho, no es ni lo uno ni lo otro. Se trata de un espécimen del proyecto Plantas Nómadas del mexicano Gilberto Esparza, un robot biotecnológico, con un ecosistema formado por plantas y microorganismos, que viven simbióticamente en el cuerpo de una máquina.
"El hábitat natural de este organismo se encuentra cerca de los ríos contaminados, ya que las aguas residuales le proporcionan los nutrientes, que una vez procesados se convertirán en energía permitiéndole cumplir sus ciclos vitales", explica Esparza.
El artista, que ha colaborado con científicos de diversos campos, ha conseguido en España, gracias al profesor Carlos Godínez, el sistema energético con celdas de combustión microbianas, donde unas bacterias transforman el agua contaminada en energía, para que el robot pueda desplazarse y realizar sus actividades.
Sensores ultrasónicos
Para moverse en terrenos abruptos, utiliza unos sensores ultrasónicos, cuyo funcionamiento se inspira en el sistema de orientación de los murciélagos. "Básicamente los sensores envían sonidos que regresan como volúmenes, permitiendo al robot identificar los obstáculos, que son almacenados como memoria espacial en su cerebro dotado de inteligencia artificial", añade el artista.
Gracias a una membrana de intercambio proteico, el hidrógeno que se genera durante el proceso entra en contacto con el oxígeno, volviendo a convertirse en agua, esta vez limpia.
"La contaminación es uno de los grandes problemas de la sociedad contemporánea. Muchos pueblos mexicanos, como El Salto, en el estado de Jalisco, donde se probó el funcionamiento del robot, vivían del río que ahora con su polución los está matando. Las planta nómadas provienen precisamente de los procesos alienantes que está sufriendo el planeta y nacen de una reflexión acerca de los entornos modificados por la actividad humana y sus consecuencias sociales y ambientales", indica Esparza.
El artista ha programado los ciclos de vida de sus robots para que sean capaces de generar comportamientos autónomos, al tiempo que restauran los daños causados por el hombre en la naturaleza.
"Las Plantas Nómadas tienen también una vertiente creativa, ya que son capaces de utilizar la energía sobrante para generar arte sonoro", apunta Karla Jasso, del Laboratorio Arte Alameda de México, que acogerá la muestra en invierno. En septiembre, se presentará en el Centro Parraga de Murcia, donde es posible que se pueda ver el robot en acción.
Parásitos urbanos
Hasta el 7 de junio, habrá que conformarse con el planteamiento expositivo de Laboral, que completa la exhibición del robot con fotos, el documental del proceso de fabricación y el vídeo durante las pruebas de funcionamiento en el río Santiago de México.
No es la primera vez que Esparza se inspira en los desperdicios humanos para sus obras. Su proyecto anterior Parásitos urbanos se compone de siete especie robóticas construidas con desechos tecnológicos diversos. Se trata de pequeños robots parásitos, que viven en la ciudad e intervienen el paisaje cotidiano no sólo con su presencia, sino también a través de emisiones sonoras.
El clgd (colgado), por ejemplo, es una especie de gusano construido con sobras de tubo de PVC, articuladas entre sí, que vive colgado de los cables del teléfono, de cuya energía se alimenta. En el caso de los ppndr-s (pepenadores) son pequeños robots carroñeros, que habitan en los montículos de desechos que se acumulan en las ciudades y son capaces de realizar tareas como remover y esparcir la basura.
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