6.8.10

Estimad@s Amig@s

Las tres crisis y el fin de una Era. No hay mal que por bien no venga

Nunca antes había sucedido, no hay experiencias previas y por eso mismo tampoco encontramos recetas que nos ayuden a encontrar soluciones. Por primera vez en la historia del ser Humano, confluyen y se combinan en forma simultánea y a escala global, una crisis de carácter económico- financiero, otra energética y otra ambiental.
A la distancia, podemos pensar como un punto de partida, o al menos una bisagra en esta historia, el inicio de la revolución industrial, ya que hasta fines del siglo XVIII, la economía mundial se basaba casi con exclusividad en la agricultura y el comercio. El trabajo era manual.
Entre fines del siglo XVIII y principios del XIX , con la invención de la maquina a vapor, la forma de producción en Inglaterra comenzó a mecanizarse, apoyada por sus yacimientos de carbón, el combustible más utilizado en aquella época y de hierro. A partir de ese momento el mundo ya no sería el mismo.
Las grandes chimeneas se expandieron por todo el Norte como un cáncer, unos pocos se convirtieron en millonarios y otros millones en operarios. El Sur seguiría por un buen tiempo, ajeno a estos cambios. Pero rápidamente bajaba en la escala social hasta que en algún momento salteamos el Segundo Mundo y nos convertimos en el Tercer Mundo.
El auge del petróleo y el gas como fuentes de energía profundizó aun mas todo este proceso y sumergió aun mas al Sur en un pantano de pobreza, hambre y desigualdades.
El inicio de la revolución industrial fue el comienzo del fin. El capitalismo nos trajo, en menos de 200 años, a esta encrucijada en la que miles de millones de personas pasan hambre, aunque la producción de alimentos alcanzaría para que no sucediera.
Se ha contaminado el planeta mas allá de todos los límites y aunque podríamos detenerlo, no lo hacemos para no afectar los intereses de los dueños del mercado. Sin embargo, todos los seres vivos que habitamos la Tierra estamos pagando las consecuencias.
Continuar con la matriz energética actual, basada mayoritariamente en la quema de hidrocarburos, está provocando un deterioro en el ambiente de tal magnitud, que hemos modificado el clima global, con consecuencias tan devastadoras que incluso podrían derivar en la extinción de la raza humana y la vida en el planeta, tal como la conocemos. Pero aunque podríamos hacerlo, no la abandonamos porque no resulta económica y geopolíticamente conveniente.
La crisis económico-financiera desatada en los Estados Unidos en el 2007, fue la frutilla del postre y se ha extendido por todo el mundo. Las entidades financieras ya no se prestan dinero entre sí. Todas desconfían de la salud financiera de sus rivales. Y lógicamente esta crisis se ha trasladado al conjunto de la actividad económica. De golpe, las economías de los países desarrollados se han enfriado.
La combinación de estas tres crisis, ya está provocando efectos sociales de impensada magnitud. Y ahí, en esa terrible circunstancia, puede estar la solución. Hay que cambiar la matriz energética, el sistema y nuestra forma de vida. Debería haber una reacción lógica, surgida desde las bases, desde el Pueblo. Un ¡BASTA, HASTA AQUÍ LLEGAMOS! Que suene tan fuerte, que pueda ser escuchado en cada rincón del planeta. Que ponga un freno a esta locura suicida y que siente las bases de una nueva Era. Un punto de apoyo para concebir un mundo mejor en el que todo ser vivo esté incluido y sea respetado.

Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.

Ricardo Natalichio

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