Urge coordinación para evitar descargas en Chapala
El lago. Hay sólo 26 inspectores de la CEA para Chapala. Informador - Responsabilizan a la CEA y a la Conagua
La
Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA)
señala que la falta de coordinación entre la Conagua y la CEA facilita
que las industrias contaminen el afluente
GUADALAJARA, JALISCO (10/MAY/2013).- Descoordinación entre la Comisión
Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Estatal (CEA) en la
vigilancia de la cuenca Lerma-Chapala es uno de los factores que
facilitan a las industrias realizar descargas clandestinas en el
afluente y que contribuyen a su deterioro, pues cada instancia opera con
su personal de manera paralela.
Ésta fue una de las conclusiones que presentó la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA) en el Expediente de hechos sobre la Cuenca Lerma-Chapala, dado a conocer el miércoles pasado en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara.
“Hubo un intento de convenio de colaboración entre ambas instituciones (la CEA y la Conagua); no se logró, no se instrumentó, hubo diferencias entre cómo se debía de interpretar”, relató Paolo Solano, oficial jurídico de la CCA.
“De lo que yo me percaté es que, de acuerdo con información de la Conagua, hay cuatro inspectores para la cuenca Lerma-Chapala-Santiago-Pacífico (de 53 mil 391 kilómetros cuadrados); parece que hay que poner algo de atención ahí, y el número de inspectores que hay en CEA Jalisco son 26, ahí hay una oportunidad para que estas instancias puedan acercarse”.
Según el programa nacional de inspección y vigilancia ambiental, se deben realizar 200 visitas de inspección al afluente, cuota que Solano duda que se pueda cumplir con la cantidad de inspectores disponibles.
“Hay que ponerle atención a eso, es importante atenderlo. Me parece excelente que estén atendiendo mediante plantas de tratamiento, eso no hay que negarlo, es muy positivo, pero necesitamos también controlar el origen de las descargas”.
El expediente tardó alrededor de cinco años en concretarse, pero finalmente contiene información sobre la ecología del Lago de Chapala, que Solano calificó de “muy compleja, muy particular de este lago; no corresponde al funcionamiento de otros lagos en el mundo”; también aborda la vigilancia de la cuenca y cuestiones de ley.
De hecho, Solano indicó que una de las deudas de la ley mexicana radica en la participación ciudadana: “Una de las quejas fundamentales es que la participación no es efectiva, no les dan la oportunidad de participar en las decisiones de calidad del agua y lo único que nosotros presentamos es lo que dice la ley: dice que las organizaciones no gubernamentales pueden estar en los consejos de cuenca, pero no tienen voto ni voz, y es lo que dice la ley”.
El expediente también presenta información sobre los programas de restauración de los cuerpos de agua, de la reclasificación de los ríos, sobre las plantas de tratamiento de El Ahogado y Agua Prieta y los niveles del Lago de Chapala, entre otros.
SABER MÁS
Cinco años de trabajo
Realizar el expediente con información proporcionada por instancias oficiales llevó a la Comisión para la Cooperación Ambiental cinco años, cuyos gastos solventó con una fracción de las partidas presupuestales que le destinan México, Estados Unidos y Canadá, de tres millones de pesos cada uno.
Ésta fue una de las conclusiones que presentó la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA) en el Expediente de hechos sobre la Cuenca Lerma-Chapala, dado a conocer el miércoles pasado en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara.
“Hubo un intento de convenio de colaboración entre ambas instituciones (la CEA y la Conagua); no se logró, no se instrumentó, hubo diferencias entre cómo se debía de interpretar”, relató Paolo Solano, oficial jurídico de la CCA.
“De lo que yo me percaté es que, de acuerdo con información de la Conagua, hay cuatro inspectores para la cuenca Lerma-Chapala-Santiago-Pacífico (de 53 mil 391 kilómetros cuadrados); parece que hay que poner algo de atención ahí, y el número de inspectores que hay en CEA Jalisco son 26, ahí hay una oportunidad para que estas instancias puedan acercarse”.
Según el programa nacional de inspección y vigilancia ambiental, se deben realizar 200 visitas de inspección al afluente, cuota que Solano duda que se pueda cumplir con la cantidad de inspectores disponibles.
“Hay que ponerle atención a eso, es importante atenderlo. Me parece excelente que estén atendiendo mediante plantas de tratamiento, eso no hay que negarlo, es muy positivo, pero necesitamos también controlar el origen de las descargas”.
El expediente tardó alrededor de cinco años en concretarse, pero finalmente contiene información sobre la ecología del Lago de Chapala, que Solano calificó de “muy compleja, muy particular de este lago; no corresponde al funcionamiento de otros lagos en el mundo”; también aborda la vigilancia de la cuenca y cuestiones de ley.
De hecho, Solano indicó que una de las deudas de la ley mexicana radica en la participación ciudadana: “Una de las quejas fundamentales es que la participación no es efectiva, no les dan la oportunidad de participar en las decisiones de calidad del agua y lo único que nosotros presentamos es lo que dice la ley: dice que las organizaciones no gubernamentales pueden estar en los consejos de cuenca, pero no tienen voto ni voz, y es lo que dice la ley”.
El expediente también presenta información sobre los programas de restauración de los cuerpos de agua, de la reclasificación de los ríos, sobre las plantas de tratamiento de El Ahogado y Agua Prieta y los niveles del Lago de Chapala, entre otros.
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Cinco años de trabajo
Realizar el expediente con información proporcionada por instancias oficiales llevó a la Comisión para la Cooperación Ambiental cinco años, cuyos gastos solventó con una fracción de las partidas presupuestales que le destinan México, Estados Unidos y Canadá, de tres millones de pesos cada uno.
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