8.8.10

La ropa de los pobres
Marieta Manso


Tiende sobre el alambre la ropa recién lavada.

Ligera brisa, suficiente piensa.

Le parece que la casa huele diferente, hasta el barrio.

Y eso que apenas puso jabón.

Tiene que durarle para 2 coladas más.

Se sienta en una silla sobre el suelo de tierra.

Cierra los ojos y se dispone a disfrutar del olor a limpio de la ropa de los pobres.

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