Elefantes blancos
O rosas, si anda medio horneado. En los recientes diez años los panistas dejaron la ciudad llena de proyectos monumentales inconclusos y muy difíciles de concluir. Empecemos por los fallidos Arcos del Milenio que impulsó con su visión de emperador de Jalisco el de Jamay(ca), exexFRA, y no logró aglutinar el entusiasmo necesario en torno a un proyecto ideado por el escultor Sebastián, ni de la iniciativa privada, ni de la sociedad y hasta ni de él mismo cuando ya fue gobernador y desde ahí pudo meterle empeño a lo que como alcalde nomás esbozó y dejó a cuatro quintas parte de hacerlo realidad.
Otro legado para la posteridad y el despilfarro absurdo y multimillonario del panismo es el Teatro de la Ciudad. Después de que exexFRA mandó demoler el antiguo cine Variedades para erigir ahí lo que sería el ósculo de la cultura tapatía, al término de su periodo como alcalde el cine quedó en la obra negra que hoy padecemos. Se compró hasta el sillerío para un lugar que tiene ya casi diez años inconcluso, con tan mal tino comercial que ni siquiera administraciones posteriores que quisieron enmendar el error lograron entusiasmar a los empresarios para que le entraran a terminarlo.
Arcediano es el ejemplo más sintomático y costoso. No han sido menos de 200 millones de pesos en estudios los que se han invertido al proyecto más inviable de todos los que se les ocurrieron a los panistas en sus 15 años de reinado. Y todo para que dentro de unas semanas nos vengan con la noticia que nuestro rubicundo secretario de Hacienda Agustín Carstens dirá que no cómo creen, estamos en crisis y en recorte presupuestal permanente como para pensar en erigir la pirámide de Keops en la garganta de Huentitán.
También por supuesto está el museo Guggenheim, al que también se le inyectaron cuantiosos recursos públicos en su famoso estudio de viabilidad. Aprobado por la fundación internacional que regentea estos codiciados espacios culturales, el proyecto se ha quedado en eso por la falta de recursos para hacerlo.
Otro elefante blanco en cuanto a inversión será el de la Villa Panamericana. Es claro que Mario Vázquez (A)Raña (oh, la nobleza del COI negada para siempre) quiere que el complejo se construya en la zona de Huentitán y también es claro que Arist(r)óteles Sandoval ya trota al ritmo de la ODEPA y su regenteador en este tema, por lo que los millones de pesos gastados en el proyecto arquitectónico y de viabilidad, además de los recursos erogados para comprar fincas y terrenos, se irán al barril sin fondo de los dispendios de los malos proyectos.
El Macrobús también peligra seriamente por la oposición ciudadana, lo que echaría por la borda los estudios para las nuevas rutas. La concesión del aeropuerto de Guadalajara sin oposición local, es otro punto que nos habla del derroche por falta de buenos administradores públicos, pues la terminal se caracteriza por ser tal vez el peor aeropuerto internacional del país.
También están los gastos suntuarios, nunca explicados y menos castigados por las malhechuras en la glorieta Colón o en el túnel vehicular de Las Rosas y López Mateos. Una lista sin fin a la que tendríamos que añadir lo que ha sucedido en otros municipios donde el buen panismo ha demostrado lo rapaz que ha sido con la administración de los recursos públicos, por ejemplo la carretera Mascota-Las Palmas.
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