La planta impide el acceso de sus canoas, afectando la economía de cientos de familias dedicadas a esta actividad como única alternativa de sobrevivencia OC | Bruno Acuña
La propagación de lirio que se comienza a registrar en las orillas del lago de Chapala impide el acceso de los pescadores y esto a su vez provoca ya afectaciones en su economía, pues sus ingresos se ven mermados en forma significativa, según señalan. Este problema es mayor en los municipios de Poncitlán, Ocotlán y Jamay en la región Ciénega, que es en donde cientos de familias se dedican a esta actividad como única alternativa de sobrevivencia, pero desde hace varias semanas enfrentan problemas para pescar en estos embalses. Al mismo tiempo critican a las autoridades de los tres niveles por no haber hecho nada para controlar la planta, lo cual causa la disminución de hasta el 50% en la cantidad de peces que diariamente extraen de sus aguas, esto cuando logran ingresar al lago o a los ríos Lerma y Santiago.
Disminuye. «Cuando logramos ingresar se va uno muy adentro y ya allá hacemos la lucha como se puede para sacar algo de pescado, pero cuando no se puede ingresar pues la cosa se pone peor y simplemente no hay ganancias», opina Manuel Valenzuela Gutiérrez, de Jamay. En esta temporada en otros años era buena la pesca, sin embargo esta vez el lirio cambia el escenario, los viajes que efectúan al interior de las aguas del lago no les producen la cantidad costeable y es que realizan de cinco a seis recorridos por día ante la afectación que genera la capa de lirio, que incluso atrofia las máquinas.
Los pescadores refieren que la Comisión Estatal de Agua (CEA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales no han implementado acciones claras para acabar con el lirio y lo único que aplican son paliativos para remediar por un tiempo corto el problema. Invasión. El problema es cíclico, pues apenas logra ser retirado el lirio nuevamente surge y se extiende a una mayor superficie e incluso eliminar la planta se vuelve más complicado, situación que se agrava durante el estiaje y el periodo de lluvias, pero ahora está causando serios estragos.
Antonio Gutiérrez López se dedica a la pesca desde hace veinte años y señala que prácticamente en este momento no se puede trabajar, «es raro, pero en este tiempo de lluvias cuando se supone que debemos tener mejor pesca la situación es al revés por el exceso de lirio»
La propagación de lirio que se comienza a registrar en las orillas del lago de Chapala impide el acceso de los pescadores y esto a su vez provoca ya afectaciones en su economía, pues sus ingresos se ven mermados en forma significativa, según señalan. Este problema es mayor en los municipios de Poncitlán, Ocotlán y Jamay en la región Ciénega, que es en donde cientos de familias se dedican a esta actividad como única alternativa de sobrevivencia, pero desde hace varias semanas enfrentan problemas para pescar en estos embalses. Al mismo tiempo critican a las autoridades de los tres niveles por no haber hecho nada para controlar la planta, lo cual causa la disminución de hasta el 50% en la cantidad de peces que diariamente extraen de sus aguas, esto cuando logran ingresar al lago o a los ríos Lerma y Santiago.
Disminuye. «Cuando logramos ingresar se va uno muy adentro y ya allá hacemos la lucha como se puede para sacar algo de pescado, pero cuando no se puede ingresar pues la cosa se pone peor y simplemente no hay ganancias», opina Manuel Valenzuela Gutiérrez, de Jamay. En esta temporada en otros años era buena la pesca, sin embargo esta vez el lirio cambia el escenario, los viajes que efectúan al interior de las aguas del lago no les producen la cantidad costeable y es que realizan de cinco a seis recorridos por día ante la afectación que genera la capa de lirio, que incluso atrofia las máquinas.
Los pescadores refieren que la Comisión Estatal de Agua (CEA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales no han implementado acciones claras para acabar con el lirio y lo único que aplican son paliativos para remediar por un tiempo corto el problema. Invasión. El problema es cíclico, pues apenas logra ser retirado el lirio nuevamente surge y se extiende a una mayor superficie e incluso eliminar la planta se vuelve más complicado, situación que se agrava durante el estiaje y el periodo de lluvias, pero ahora está causando serios estragos.
Antonio Gutiérrez López se dedica a la pesca desde hace veinte años y señala que prácticamente en este momento no se puede trabajar, «es raro, pero en este tiempo de lluvias cuando se supone que debemos tener mejor pesca la situación es al revés por el exceso de lirio»
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