Incumplen normas, tanto en cloración como en distribución
Existe riesgo de cólera por mal manejo de aguas en la entidad
Aún falta lograr certificación del SIAPA: Regulación Sanitaria de la SSJ
Las aguas en Jalisco no cumplen con los requisitos que establecen diversas normas, tanto en la cloración, como en la distribución, lo que representa un riesgo latente de infecciones gastrointestinales, una de ellas el cólera.
Al cierre del año, el reporte de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) indica que se cumplió con el 86.5 por ciento de las determinaciones de Cloro Libre Residual Dentro de la Norma, que indica una cantidad mínima del 85 por ciento.
“Hay un nivel de cloración ligeramente por encima de lo que se puede considerar deseable”, dijo Juan Carlos Olivares Gálvez, director de Regulación Sanitaria de la SSJ.
El especialista reconoció que eso representa riesgos a la salud, que sumados a las epidemias en otros países, como Haití, donde actualmente hay cólera, agudizan la gravedad.
En el caso particular de Jalisco, informó que se ha encontrado presencia de vibrio cholerae no toxigénico en el cuatro por ciento de las muestras realizadas a productos del mar para consumo humano, así como en muestras a aguas residuales de zona metropolitana, aunque de éstas no especificó en qué cantidad, sin embargo, dijo, eso se convierte en un círculo vicioso, luego de que esas descargas llegan a sitios de cultivo de pescados que los jaliscienses compran para preparar en sus platillos.
“La historia de la humanidad nos ha dicho de grandes catástrofes por el consumo de agua en malas condiciones… El manejo de aguas residuales crudas que puedan llegar a contaminar otros cuerpos de agua de donde la gente se abastece sin ningún tipo de tratamiento son un desafío que las autoridades de los tres niveles de gobierno tendrán que coordinar para que los mecanismos de manejo sean no solamente presentes, sino sustentables. Esto no es de bajar la guardia”.
Recordó los logros del Programa Nacional de Agua Limpia, que construyó 16 plantas de tratamiento en las inmediaciones del lago de Chapala, mismas que cedieron su operación a los ayuntamientos, que detuvieron sus acciones y que en algunos casos, permitieron, y siguen permitiendo que las aguas residuales se viertan a la creciente del lago, como en San Pedro Itzicán y Mezcala, pertenecientes a Poncitlán. (La Jornada Jalisco, 28 de septiembre de 2010).
El argumento de las autoridades municipales que no han cumplido es la falta de recursos, como en Chimaltitán, donde la cloración está en cero; Cuautitlán, con 6.4 por ciento; El Limón, con 17.4 por ciento; y Tuxcacuesco, con 24.3 por ciento de su cloración.
“La población tiene que entender que no se le vende el agua, que se le está cobrando el tratamiento para podérsela garantizar, porque los sistemas proveedores de agua potable deberían ser incluso certificados, y aquí es donde estamos insistiendo en que no basta con clorar, sino que tienen que certificarse y lamentablemente en el estado tenemos solamente un sistema certificado, que se ha recertificado por más de una década, que es el de Puerto Vallarta, donde la población está acostumbrada a pagar el costo del tratamiento, no sólo de agua limpia, sino del manejo del agua residual, que es una situación saludable para mantener el servicio, y que sea de calidad y evite posibilidades de riesgo”.
En ese sentido, sobre la falta de certificación del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), encargado de abastecer en la zona metropolitana, Olivares Gálvez explicó que está en proceso de certificación, pero ha fallado en algunos factores, como equipamiento, controles de calidad propios e infraestructura. “En la zona metropolitana hay un sistema completo, y se cumple con una parte de criterio de certificación, pero existe una serie de factores como renovación de redes que exigen la certificación”.
Presentan plan de acción
Ayer la SSJ presentó el Plan Maestro de Prevención del Cólera para la prevención, regulación, control y fomento sanitario, mismo que se implementará a partir de enero próximo.
Sus intervenciones incluyen aspectos como agua y hielo para uso y consumo humano, aguas residuales, residuos peligrosos biológico infecciosos, eventos masivos y festividades populares, atención de desastres, así como quejas y denuncias; comunicación social y riesgos; alimentos y fomento sanitario, luego de que el último caso registrado de cólera en México se presentó en Jalisco, en el municipio de Tlaquepaque en el año 2001.
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