La otra guerra

Rubén Martín

• 2010-05-06•Acentos

Entretenidos como estamos en la guerra en contra de la delincuencia, que consume la mayor atención de los medios, poca o nula atención se pone a otra guerra que está ocurriendo en el país. Se trata de una política de las clases gobernantes mexicanas en contra de personas sencillas, y comunes que en sus comunidades, barrios, tianguis, ejidos, pueblos y colonias están peleando para no dejarse arrebatar sus recursos y sus modos y maneras de reproducir la vida.

Para llamar la atención sobre esto, diversos colectivos de todo el país, llevaron a cabo una campaña nacional el lunes y martes de esta semana para dar a conocer los casos que ocurren en su estado y en localidad y pedir, a escala nacional, el cese de esta política represiva del Estado, así el fin del hostigamiento a miles de activistas en todo el país, y la liberación de cientos de presos que hay en todo el país.

Seguro muchos pensarán que son casos exagerados, quizá al conocer algunos casos concretos ésta percepción cambie y se caiga en cuenta de la amplitud y ferocidad que se está desplegando en contra de gente sencilla y común cuyo único delito es que no se deja abusar o explotar.

El caso de las indígenas otomíes Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, acusadas injustamente de “secuestrar” a seis policías federales cuando lo que en realidad ocurrió es que ellas, junto con otros comerciantes ambulantes en un tianguis, pedían sencillamente que les pagaran la mercancía que los federales les destruyeron con el pretexto de combatir la piratería.

En Campeche ocurre otro aberrante caso. Se trata de las acusaciones en contra de Sara López, Joaquín Aguilar y Guadalupe Borja, de la Red Nacional Contra las Altas Tarifas Eléctricas detenidos en julio de 2009 bajo la acusación de que tomaron como rehén a un empleado de la Compañía Federal de Electricidad (CFE), cuando en realidad el empleado federal les pidió que se subieran a su vehículos.

El cambio en las leyes y códigos penales federales y estatales ha tenido como consecuencia que las medidas de resistencia que muchas comunidades, pueblos, barrios y colectivos ponen en marcha, por ejemplo exigirle a un funcionario que resuelva un problema pendiente desde hace años o defenderse de las agresiones policíacas, sea calificado y tipificado ahora como delitos de alta peligrosidad, como fue la equiparación de secuestro en el caso de Alberta Alcántara y Teresa González, o en el caso más extremo del Estado en contra de los luchadores sociales como fue el caso de Atenco.

Esta otra guerra del Estado en contra de la gente que no se deja, se aplica también en Jalisco. Esta semana un conjunto de colectivos dio a conocer un pronunciamiento al respecto, donde explican esta campaña dislocada en contra de “la otra guerra del Estado y el capital contra la gente de abajo”.

Se refiere en este documento: “La intensificación del despojo de tierras, empleos, del agua, para entregárselo a las empresas privadas ha producido miles de resistencias a lo largo y ancho de todo el país; esta situación de defensa y dignidad que hemos asumido ha generado una situación de represión y violencia estatal en contra de miles de personas que no ha sido conocida de manera suficiente en el país”.

Se agrega: “Miles de mexicanos enfrentamos la burla y el desprecio, los cargos legales, las detenciones policíacas, los procesos penales, la cárcel, los golpes, la represión o la muerte por el simple hecho de defender nuestras tierras, bosques, o ríos de la contaminación, por defender nuestro empleo y un salario digno, o por vender mercancías baratas al margen de la legalidad que sólo favorece a los grandes empresarios”.

La conclusión es que “no se trata de golpes represivos separados unos de otros para disolver o desmovilizar momentáneamente, sino de una estrategia que pretende reducir al movimiento popular a la resignación”.

El texto fue firmado por colectivos e individuos del Seminario Movimientos Sociales, Sujetos y Prácticas (adherentes y simpatizantes a la Otra Campaña), Colectivo Mezcala, Comité Salvabosque Tigre II, Brigada Callejera, Un Salto de Vida, Colectivo Ixcatán, Colectivo Rebelión Cotidiana, Grupo Libertario Solidaridad y Colectivo Cuadernos de la Resistencia.