15.11.14
OBISPOS...¡¡¡BASTA YA!!!
Obispos de México lanzan un ¡Basta ya!
Rosario Bareño Domínguez
"Los Obispos de México decimos: ¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desaparecidos. No queremos más dolor ni más vergüenza. Compartimos como mexicanos la pena y el sufrimiento de las familias cuyos hijos están muertos o están desaparecidos en Iguala, en Tlatlaya, y que se suman a los miles de víctimas anónimas en diversas regiones de nuestro país", fue la manifestación de los obispos mexicanos en el marco de la 98 Asamblea Plenaria que se desarrolló en Cuautitlán-Izcalli, Estado de México, que ayer concluyó.
"Con tristeza, reconocemos que la situación del país ha empeorado, desatando una verdadera crisis nacional. Muchas personas viven sometidas por el miedo, la desconfianza, al encontrarse indefensas ante la amenaza de grupos criminales y, en algunos casos, la lamentable corrupción de las autoridades. Queda al descubierto una situación dolorosa que nos preocupa y que tiene que ser atendida por todos los mexicanos, cada uno desde su propio lugar y en su propia comunidad", indicaron en voz del presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara.
"Estos hechos hacen evidente que nos hemos alejado de Dios; lo vemos en el olvido de la verdad, el desprecio de la dignidad humana, la miseria y la inequidad crecientes, la pérdida del sentido de la vida, de la credibilidad y confianza necesarias para establecer relaciones sociales estables y duraderas", indicaron.
"En medio de esta crisis, vemos con esperanza el despertar de la Sociedad Civil que, como nunca antes en los últimos años, se ha manifestado contra la corrupción, la impunidad y la complicidad de algunas autoridades. Creemos que es necesario pasar de las protestas a las propuestas. Que nadie esté como buitre esperando los despojos del país para quedar satisfecho. La vía pacífica, que privilegia el diálogo y los acuerdos transparentes, sin intereses ocultos, es la que asegura la participación de todos para edificar un país para todos", puntualizaron.
Manifestó que "estamos en un momento crítico. Nos jugamos una auténtica democracia que garantice el fortalecimiento de las instituciones, el respeto de las leyes, y la educación, el trabajo y la seguridad de las nuevas generaciones, a las que no debemos negarles un futuro digno. Todos somos parte de la solución que reclama en nosotros una nueva mentalidad y corazón, para ser capaces de auténticas relaciones fraternas, de amistad sincera, de convivencia armónica, de participación solidaria".
Sin embargo, ¿están dispuestos a sumarse? "Nos vemos urgidos, junto con los actores y responsables de la vida nacional, a colaborar para superar las causas de esta crisis. Se necesita un orden institucional, leyes y administración de justicia que generen confianza. Es indispensable la participación de la ciudadanía para el bien común. Sin el acompañamiento y la vigilancia por parte de la sociedad civil, el poder se queda en manos de pocos".
"Ante la situación que enfrentamos, los obispos de México queremos unirnos a todos los habitantes de nuestra nación, en particular a aquéllos que más sufren las consecuencias de la violencia, acompañándoles, en su dolor, a encontrar consuelo y a recuperar la esperanza
"Los Obispos de México decimos: ¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desaparecidos. No queremos más dolor ni más vergüenza. Compartimos como mexicanos la pena y el sufrimiento de las familias cuyos hijos están muertos o están desaparecidos en Iguala, en Tlatlaya, y que se suman a los miles de víctimas anónimas en diversas regiones de nuestro país", fue la manifestación de los obispos mexicanos en el marco de la 98 Asamblea Plenaria que se desarrolló en Cuautitlán-Izcalli, Estado de México, que ayer concluyó.
"Con tristeza, reconocemos que la situación del país ha empeorado, desatando una verdadera crisis nacional. Muchas personas viven sometidas por el miedo, la desconfianza, al encontrarse indefensas ante la amenaza de grupos criminales y, en algunos casos, la lamentable corrupción de las autoridades. Queda al descubierto una situación dolorosa que nos preocupa y que tiene que ser atendida por todos los mexicanos, cada uno desde su propio lugar y en su propia comunidad", indicaron en voz del presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara.
"Estos hechos hacen evidente que nos hemos alejado de Dios; lo vemos en el olvido de la verdad, el desprecio de la dignidad humana, la miseria y la inequidad crecientes, la pérdida del sentido de la vida, de la credibilidad y confianza necesarias para establecer relaciones sociales estables y duraderas", indicaron.
"En medio de esta crisis, vemos con esperanza el despertar de la Sociedad Civil que, como nunca antes en los últimos años, se ha manifestado contra la corrupción, la impunidad y la complicidad de algunas autoridades. Creemos que es necesario pasar de las protestas a las propuestas. Que nadie esté como buitre esperando los despojos del país para quedar satisfecho. La vía pacífica, que privilegia el diálogo y los acuerdos transparentes, sin intereses ocultos, es la que asegura la participación de todos para edificar un país para todos", puntualizaron.
Manifestó que "estamos en un momento crítico. Nos jugamos una auténtica democracia que garantice el fortalecimiento de las instituciones, el respeto de las leyes, y la educación, el trabajo y la seguridad de las nuevas generaciones, a las que no debemos negarles un futuro digno. Todos somos parte de la solución que reclama en nosotros una nueva mentalidad y corazón, para ser capaces de auténticas relaciones fraternas, de amistad sincera, de convivencia armónica, de participación solidaria".
Sin embargo, ¿están dispuestos a sumarse? "Nos vemos urgidos, junto con los actores y responsables de la vida nacional, a colaborar para superar las causas de esta crisis. Se necesita un orden institucional, leyes y administración de justicia que generen confianza. Es indispensable la participación de la ciudadanía para el bien común. Sin el acompañamiento y la vigilancia por parte de la sociedad civil, el poder se queda en manos de pocos".
"Ante la situación que enfrentamos, los obispos de México queremos unirnos a todos los habitantes de nuestra nación, en particular a aquéllos que más sufren las consecuencias de la violencia, acompañándoles, en su dolor, a encontrar consuelo y a recuperar la esperanza
14.11.14
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