15.6.13

SOBREEXPLOTACION...

Sobreexplotación, detrás de la caída de la pesca en Chapala

Las propias cooperativas calculan que podrían ser hasta tres mil los afectados por la caída en la productividad del lago. Informador Redacción
  • Crisis en el lago. Llas leyes vigentes son útiles; falta hacer que se cumplan, dicen especialistas
  • Los pescadores recurren a técnicas prohibidas para sacar animales de menor talla, con lo cual afectan al ciclo reproductivo de los peces
CHAPALA, JALISCO (15/JUN/2013).- El volumen de pesca en el Lago de Chapala disminuyó 68% en sólo dos años. De las siete mil 806 toneladas reportadas en 2010, el 2012 cerró con sólo dos mil 500; los números de 2013 son relativamente mejores, pero no garantizan un buen año: hasta abril se han pescado mil 186.5 toneladas de fauna acuífera, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

La caída de esta actividad en Chapala mucho tiene que ver con el modo de llevar a cabo la pesca y con que ésta se realiza de manera “furtiva”. Elena Thelina Cárdenas Zermeño, subdelegada de pesca de la Sagarpa Jalisco, explica que las principales causas de esta crisis son que se utiliza la luz de malla inferior a la permitida; es decir, redes cuyos orificios son tan pequeños que capturan pescado de talla inferior a la que indica la norma, y que al realizar la actividad se invaden o se destruyen zonas de reproducción y refugio.

Además se practican actividades no permitidas, como el apaleo y el motoreo —golpear el agua con un garrote o agitarla con el motor de la lancha para que los animales se muevan hacia las redes— o limpiar los equipos dentro del agua con químicos que matan a los huevecillos.

Las soluciones viables en este panorama, explica Cárdenas Zermeño, inician con el cumplimiento a la normatividad que regula la pesca: respeto a la talla necesaria para que se reproduzcan las especies antes de pescarlas, respeto a las zonas de reproducción y refugio, y respeto a las vedas oficiales, una medida que, contrario a lo pensado, tiene animados a los pescadores, quienes aceptan que “necesitan ser regulados”.

Otras soluciones propuestas son la siembra de peces, que ya se realizan: en 2011 fueron “inyectadas” tres millones de crías de tilapia por parte del Gobierno federal y un millón más por parte del Gobierno del Estado.

En el lago las especies que proliferan son la tilapia, la carpa, el charal y el bagre. El padrón está integrado por mil 643 personas, de acuerdo con datos de la Sagarpa con base en el censo de 2010; las cooperativas de pescadores dicen que pueden ser más de tres mil.

SUBE DE NIVEL
Un centímetro de ganancia


El Lago de Chapala pasó nueve meses consecutivos bajando de nivel desde que terminó el temporal anterior. Ayer, por fin, la Comisión Estatal del Agua reportó que ya subió un centímetro, luego de seis días en la misma cota.

Las primeras lluvias permitieron que el lago llegara a la cota 93.09, con lo que está actualmente a 35.59% de su capacidad total.

De esta manera, el descenso de esta temporada de estiaje podría quedar en 1.45 metros. Esto lo confirmaría como el peor en 20 años, precedido tan sólo por el del periodo 2010-2011, cuando bajó 1.42 metros.

TESTIMONIO
“Tú harías lo mismo en mi lugar”


CHAPALA.- Improvisó una “casa” con lonas de plástico y palos. Dejó su rutina en Ocotlán y se quedó en Ajijic para seguir en la actividad pesquera. Buscó un sitio inhabitado y se llevó a su esposa, cinco hijas y un hijo. Si José no hubiera migrado a una casa “hechiza” a la orilla del lago, no tendría qué comer.

“Si hablaron de Dios, que no hablen de uno”, resuelve José de las quejas que resultan de su presencia. Hay molestia porque vive, junto a otras cuatro familias, en un espacio que no les pertenece. Hay inconformidad porque viene de otro lugar. Hay disgusto porque realizan pesca furtiva y venden en Ocotlán.

“Sí hay quejas, pero yo no le quito el taco a nadie”. José tiene su permiso, aunque no para vivir en esas condiciones; tampoco lo hace por gusto. Eso sí: a veces, como sus colegas, “tiene sus mañas” y reduce los orificios de su red. Pero es que la crisis “está dura”, y si no hace por sacar aunque sea animales pequeños, no sale nada en el día. Peces grandes ya casi no hay.

Hace dos años que José vive junto al lago y en sus primeros días sacaba unos 100 kilos diarios; hoy saca 20. Pero el hambre no entiende razones, y no puede darse el lujo de llegar sin nada a casa, donde está su familia esperándolo para descubrir, según la ganancia de la jornada, qué alimentos prepararán en la cocina hecha de leña en el suelo, donde también está el comedor de piedras y cajas.

“Taco que se comen, taco que le cuesta también a mis hijos”, dice José mientras enseña las agrietadas palmas de las manos de su hijo Juan, quien tiene 10 años y no se le despega para nada. Ya lo enseñó a conducir, aun con las piernas cortas para pisar los pedales. Quiere ser pescador.

Entre el oficio de pescar y las mañas para sobrevivir, José se enorgullece de dejar en su descendencia el legado de trabajar y no robar. Trabajar como sea y donde sea. “Si los animalitos van atrás de su comida de un lado a otro, cuantimás los humanos”. En 2014 se acaba su permiso; ya entonces buscará otra estrategia para garantizar su alimento: “Así es el mexicano”.

LA VOZ DEL EXPERTO
Los pescadores tienen el cambio en sus manos

Manuel Guzmán Arroyo
(Director del Instituro de Limnología de la UdeG)

Comenzar la recuperación de la pesca en el Lago de Chapala está en manos de los propios pescadores, porque es la falta de orden en su operación lo que más afecta el ciclo de la fauna acuífera, comenta el especialista Manuel Guzmán Arroyo.

Los pescadores tienen la presión de sacar el producto del que depende su economía, así que recurren a cualquier vía. Por ejemplo, dice, aunque se autorizan 20 mallas por pescador, “meten 200”, y también usan redes en las que quedan atorados huevecillos: pescan a los peces que cuidan sus nidos y dejan a las crías vulnerables.

Además arrojan al lago las redes que dejan de ser útiles, y allí se pudren y afectan a los animales; en un recorrido por los sitios de pesca, este medio constató que los pelícanos morían atrapados en esas mallas.

El especialista calcula que faltan “cuatro o cinco años” de veda para lograr la recuperación. “También falta mano dura y más vigilancia; la responsabilidad primera es de quienes se dedican a la pesca, pero tampoco se necesita que un inspector ande detrás de cada pescador”.

HAY 10 PARA EL ESTADO
Hay sólo dos inspectores para todo el lago


CHAPALA.- La delegación Jalisco de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) tiene apenas 10 inspectores contratados para verificar las buenas prácticas en la captura de peces. Sólo una decena para hacer frente a litorales de playa, a las presas, y por supuesto, a cuerpos de agua como el Lago de Chapala.

Ahí, en el vaso lacustre de mayor importancia del país, hay una cuadrilla compuesta por entre dos y cuatro vigilantes, aunque “seguros, seguros, son dos”. Este déficit se debe a la falla de un vehículo oficial para resguardar el lago, que hoy ha disminuido sustancialmente en su productividad.

Uno de los inspectores, quien prefiere omitir su nombre para conservar su empleo, acepta que la vigilancia es endeble debido a la cantidad de gente y a la vasta extensión del espejo de agua, distancia que es recorrida a totalidad en un mes entero: 30 días es el tiempo promedio que los pescadores pueden trabajar sin ser “molestados”, después que la cuadrilla de vigilancia revisa su modo de operar.

Pero las revisiones tampoco son eficaces. A decir de “El Pantera”, uno de los líderes de las cooperativas de pescadores, éstos no tienen equipos de transporte acuático, lo que les impide actuar si sus homólogos se mantienen dentro del lago y sobre sus botes. “Ellos ya saben cómo hacerle; hay gente que incluso tiene botes sin nombre y, si los agarran, dejan todo ahí”.

Aun con ello, los apercibimientos del recorrido son muchos: de a 30 en cada “vuelta” al lago; es decir, una multa o sanción por día. Pero los recorridos, dice “El Pantera”, son solicitados por él. Es el gremio de pescadores que representa quien pide apoyo a la Conapesca para que la dependencia mantenga esa periodicidad de vigilancia en el Lago de Chapala.

NUMERALIA
Panorama


17,700 toneladas es el máximo histórico de producción pesquera en el Lago de Chapala; corresponde a 1981.

2,500 toneladas, siete veces menos, fue el nivel de 2012.

378.5 toneladas es el promedio mensual de pesca en el Lago de Chapala durante los últimos tres años.

1,186.5 toneladas son las reportadas en los primeros cuatro meses de 2012.

1,643 pescadores aparecen en el más reciente censo oficial de pescadores del lago.

LA CAÍDA    2010    2011    2012

Toneladas pescadas    7,806    3,318.4    2,500.5

Diferencia anual        -57.4%    -24.6%

Diferencia 2010-2012            -68%

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