2.3.09

UN PUEBLO MENOS ?

Temaca en peligro


Lunes, 2 Marzo, 2009
Hay en Guadalajara una calle en honor de Alfredo R. Placencia (aunque con nomenclatura mal escrita, me advierte Francisco Arvizu). Sospecho que pocos tapatíos saben por qué se llama así la calle y en honor de quién se le puso el nombre. El padre Placencia, oriundo de Jalostotitlán, según me recuerda Juan José Doñán, fue uno de nuestros mayores poetas y párroco de Temacapulín, el pueblo que está en peligro de desaparecer del mapa porque ahí se pretende construir la presa El Zapotillo, contraviniendo, me dice Alfonso Islas, las tendencias actuales en la materia: las presas son cosas del pasado; hoy conviene más pensar en alternativas que replanteen nuestro modelo de desarrollo. Entre lo que se perdería junto con el pueblo de Temaca —como prefieren llamarlo sus pobladores— hay cosas concretas y otras que pertenecen a una especie de patrimonio intangible. La obra de Placencia estaría entre esto último: ¿tendrían el mismo sentido en el futuro los versos que escribió a propósito del pueblo? ¿Cómo leer El Cristo de Temaca cuando ya no haya ni Cristo ni Temaca?
Quien debería determinar el valor histórico y patrimonial del pueblo es el INAH y ahí las cosas no marchan del todo bien. En la delegación Jalisco del instituto me dicen que están haciendo, según convenio con la Conagua (parte interesadísima en que se construya la presa), una “prospección arqueológica” para determinar si hay vestigios importantes en la zona. Llevan 65 por ciento, de avance y no han encontrado nada. Respecto de los monumentos del lugar me informan que eso no le toca al INAH Jalisco, sino a la Coordinación de Monumentos del INAH federal. Asunto inexplicable, me advierte Cuauhtémoc de Regil, pues es una institución que hace mucho se descentralizó —solo en teoría, según vemos—. Además existen dictámenes de los técnicos locales —de Regil, uno de ellos— que señalan los valores de los monumentos del pueblo, entre los que está la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios, con 250 años de antigüedad. El INAH federal no intervendrá por lo pronto. Hay muchas cosas en juego, como se desprende de la cobertura que Radio UdeG hizo el viernes pasado desde el pueblo en peligro. Una de ellas, nada menor, es el daño para sus habitantes, a quienes se pretende “reubicar” ignorando su historia. de muchas generaciones. Los gobiernos federal y estatal parecen decir simplemente: ¿un pueblo menos? No será la primera vez.

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