Lo creamos o no, el ritmo de vida que llevamos de consumo está acelerando el proceso de agotamiento de los recursos naturales del planeta, lo que solo puede desencadenar un deterioro del medio ambiente. Por ello, hoy queremos dedicar un post a la esperanza de que algún día esto cambie, los niños.
Como todos sabemos, hay muchas cosas que se están haciendo mal a la hora de preservar el medio ambiente,
estamos destruyendo el planeta a un ritmo alarmante y agotando sus
materias primas sin consideración. Por lo que no es de extrañar el
querer compartir un sentimiento de indignación por el desastre medioambiental en el que estamos inmersos, así como un afán por cambiar las cosas, empezando por nosotros mismos.
Sin embargo, es tan importante, o quizá más, inculcar a las nuevas generaciones ese respeto al medio ambiente y esa necesidad que tiene de ser protegido el frágil planeta del que formamos parte.
A la
temprana edad de cuatro o cinco años, los niños y niñas ya empiezan a
adquirir cierta conciencia moral, es decir, van formando opiniones,
principios, normas y valores con respecto a todo: las personas, su
familia, los animales, el entorno, etcétera. Por ello, debemos procurar
que los niños y niñas interactúen con la naturaleza,
que la conozcan y aprendan a respetarla. Es necesario enseñar a las
futuras generaciones que la naturaleza es algo tan bello como frágil y
que estamos acabando con ella.
Cómo inculcar a los niños el respeto por el medio ambiente
Desde casa, los papás, las mamás y todos
los que tengán la oportunidad de estar con algún niño, tienén la
posibilidad de contribuir a cambiar el trágico final al que el medio
ambiente está condenado por los hábitos de una sociedad cada vez más consumista, buscando así lograr que los más pequeños adquieran esa sensibilidad por el medio ambiente.
Hay
muchas maneras de conseguir hacer de los más pequeños de la casa, los
próximos ecologistas que lograrán cambiar las cosas. Formas tan
sencillas como pasar tiempo con los niños en entornos naturales como
montañas o ríos, disfrutando del encanto de estos lugares.
No obstante, no tenemos por qué irnos lejos para poder inculcar los valores de admiración, respeto y cuidado de la naturaleza,
si no que las soluciones y las formas las tenemos frente a nosotros en
nuestro día a día. Los dibujos educativos, los cuentos e incluso los
dibujos a colorear son fuentes importantes en nuestra tarea; aunque todo
ello será en vano si no procuramos que los niños interactúen y conozcan toda la magia que la naturaleza nos proporciona, desde el canto de los árboles hasta la majestuosidad de sus montañas.
Los
animales son buenos aliados a la hora de presentar un poco más del mundo
a los niños y niñas, los que viven en zonas rurales quizá conviván con más animales, pero en las ciudades la mayoría de los niños no tienen la posibilidad de tratar con ellos. No obstante, las mascotas son un pequeño resquicio de naturaleza que podemos poner al alcance de los pequeños. Por ejemplo, los perros son tremendamente cuidadosos con los bebés y promueven que a largo plazo desarrollen respeto y amor hacia los animales.
En definitiva, debemos educar a nuestras próximas generaciones
para que hagan las cosas mejor de lo que las estamos haciendo nosotros,
con nuestro ejemplo y dedicación podemos hacer que los niños y niñas
incluso nos enseñen a cuidar mejor nuestro planeta.
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16.2.13
LOS NIÑOS FUTUROS ECOLOGISTAS...
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