En ecología, México “contempla la paja en el ojo ajeno”: Iglesia
En el semanario Desde la fe cuestiona: “¿Se pueden llevar acuerdos de una cumbre internacional cuando ni siquiera hemos sido capaces de separar la basura?”.
- Lun, 14/12/2009 - 05:19
México.- El Arzobispado de México criticó que las autoridades federales asistan a la reunión sobre medio ambiente en Copenhague para establecer acuerdos, mientras no existe una política pública en el país para educar a las personas en el cuidado de la naturaleza.
Es necesario que México deje de “contemplar la paja en el ojo ajeno y haga una exhaustiva revisión de lo que está ocurriendo en nuestra tierra”.
En el editorial del semanario Desde la fe se destaca que “hoy debemos cuestionarnos seriamente: ¿Puede México llevar a buen término los acuerdos emanados de una cumbre internacional cuando ni siquiera hemos sido capaces de educarnos en cosas tan elementales como la separación de la basura para facilitar su reciclaje; evitar el desperdicio de agua con la consecuente responsabilidad de los gobiernos por evitar la desbordante fuga del preciado líquido; el ahorro energético en sus distintas formas y el aprovechamiento de sistemas paralelos generadores de energía?”
Las mesas de trabajo para salvar al planeta no sólo están en Copenhague, abunda el semanario, sino en nuestras propias autoridades, casas, oficinas, escuelas, colonias.
“Basta con salir a la calle para certificar el lamentable estado de la calidad del aire y la acumulación de basura doméstica, así como las toneladas de materia fecal que infectan el ambiente en detrimento de los ciudadanos. Todo ello, en perjuicio del drenaje mal diseñado y sin mantenimiento que ocasiona desbordamientos, inundaciones y, por supuesto, problemas sanitarios.”
Además, prácticamente todos los ríos y lagunas del país están contaminados con desechos industriales, y muchas playas y litorales reciben estos torrentes de inmundicia y muerte. Algunas técnicas de pesca son irresponsables y totalmente equivocadas, pues dañan el entorno marino y consienten una captura no selectiva de especies. Se han dañado de forma irreparable arrecifes, amén de los derrames petroleros y de otras sustancias que son arrojadas al mar.
La erosión de incontables parcelas agrícolas es un problema grave; la tala inmoderada de bosques y selvas, con la consabida complicidad de autoridades federales y estatales, y el comercio ilegal de madera ocurre a diario con absoluta impunidad. Hay tráfico de especies, muchas de ellas en peligro de extinción y, por si fuera poco, especialistas han denunciado el uso inadecuado de semillas y fertilizantes para productos destinados al consumo humano, etc.
El semanario recordó que representantes de 190 países —entre ellos más de cien jefes de Estado— se encuentran reunidos en Copenhague, Dinamarca, para lograr un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kyoto, el cual vence en el año 2012, y que compromete a la mayoría de las naciones a reducir la emisión a la atmósfera de gases contaminantes para contrarrestar los efectos devastadores del cambio climático.
Sin embargo, “no se necesita ser profeta para predecir que de esta magna reunión se espera mucho, pero se obtendrá poco, tal vez muy poco. Si acaso algunos acuerdos políticos, pero nada más”.
Y destaca que en un principio, el Congreso de los Estados Unidos, “con gran soberbia y cinismo, jamás ratificó el Protocolo de Kyoto, que era un compromiso internacional, toda vez que sus intereses imperialistas, militares, políticos y económicos están por encima de los reclamos universales. En esta ocasión, el irresponsable vecino país del norte llega a Copenhague con el propósito criminal de no signar acuerdos que puedan poner en riesgo la competitividad de su economía, y de ello estará muy atento el Senado estadunidense”.
Pero más allá de los constantes fracasos de este tipo de cumbres, algunos actores, incluida la Iglesia, tratan de convencer del deber ético que pone al bienestar social por encima de la voracidad insaciable de muchas empresas transnacionales y de los intereses egoístas de algunos gobiernos.
Más activistas detenidos
Casi 200 activistas fueron detenidos ayer de forma preventiva por la Policía danesa cuando se dirigían al Copenhague con el propósito de protestar para parar la actividad comercial de grandes corporaciones contaminantes.
Medio millar de personas se congregaron junto al céntrico Trianglen para dirigirse al puerto, pero un dispositivo policial los frenó 500 metros más adelante y empezó a detener gente por considerar que se trataba de una concentración ilegal y para prevenir posibles incidentes. La Policía obligó a desalojar la camioneta que encabezaba la movilización, aisló a los manifestantes y realizó arrestos masivos.
A los activistas les confiscaron proyectiles, máscaras de gas y “otros objetos de uso ilegal”, informó la Policía, y trasladaron a los detenidos a un centro creado para las protestas durante la cumbre climática.
Organizada por el grupo Climate Collective, la movilización fue convocada bajo el lema Hit the production (Golpea la producción). Las movilizaciones vinculadas a la gran manifestación de ayer, en la que participaron decenas de miles de personas, se saldaron con 968 detenidos, de los que sólo cuatro han pasado a disposición judicial con cargos por agredir a agentes, mientras que el resto fue liberado ayer.
El recurso a la detención administrativa de tipo preventivo de hasta doce horas ha provocado críticas de varias organizaciones.
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