Olvidan a pobladores junto al Río Santiago
Marta
Serratos muestra el brazo derecho de su nieta, quien presenta una
infección por el ambiente insalubre que la rodea en La Azucena.
- La contaminación de 'El Ahogado' afecta a los habitantes de La Azucena
Autoridades incumplen la macrorrecomendación de Derechos Humanos. Insalubridad y carencia de servicios azotan a comunidades
GUADALAJARA, JALISCO (16/JUL/2014).-
En La Azucena hay dos historias que ponen la piel de gallina: por las
madrugadas llora un niño y otra menor de edad camina solitaria en los
alrededores del Río Santiago. “Oí el llanto del niño… dicen que es el
que murió tras caer al río (en 2008)”, cuenta María Esparza. “De la niña
se rumora que fue violada por un drogadicto y murió por esta zona. Algo
sigue buscando…”, indica Luis Carranza.
Pero esas historias se olvidan en el diario vivir por todos los problemas que padece esta comunidad marginada. La “maldición” comenzó cuando sufrió una inundación en el temporal de 2008. Aunque se realizaron obras, la contaminación del Arroyo “El Ahogado”, que desemboca en el Río Santiago, afecta la salud de habitantes. Cualquiera que visite la zona sale con dolor de cabeza y náuseas. “Hay olores a huevo podrido o estiércol”, lamenta Marta Serratos, quien llama a su nieta Joselín para que muestre una infección que se expande en la piel del hombro derecho. “La colonia es un basurero, hay animales muertos y escombro. Por eso los niños tienen diarrea, mocos o infecciones. Cuando llueve o hay calor todo empeora”, explica Marta mientras observa una alcantarilla que “vomita” aguas negras entre las calles Azucenas Poniente y Las Rosas.
La Azucena está a cinco minutos en automóvil del Centro de El Salto. Las enfermedades no son los únicos problemas por vivir en una zona donde las rentas de casas han caído a los 850 o 650 pesos mensuales: la inseguridad se demuestra en viviendas abandonadas e incendiadas por malvivientes. “¿Dónde está el apoyo del Ayuntamiento? Las calles están todas destrozadas, el transporte público pasa poco, el servicio del agua falla. Ni siquiera nos apoyan para rehabilitar una cancha de futbol”, reclama Alfredo Carrasco. La Azucena es el ejemplo de que la macrorrecomendación emitida en 2009 por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, para mejorar la calidad de vida de pobladores de 14 municipios, se incumple en diferentes grados por las autoridades. La millonaria planta de tratamiento de El Ahogado “no soluciona nada”, coinciden vecinos.
El alcalde Joel González pide paciencia: “Están en proceso un parque lineal y un centro de desarrollo comunitario en La Azucena. Luego vendrá la repavimentación de dos avenidas y el cambio de luminarias (invertirán 15 millones en estas obras)”.
La creación de ordenamientos ecológicos, mejorar el manejo de residuos, abatir la contaminación atmosférica, más plantas de tratamiento, parques, reducir la marginación y mejorar la salud, son los pendientes en el Polígono de Fragilidad Ambiental de la Cuenca de El Ahogado decretado tras la macrorrecomendación.
La Secretaría de Medio Ambiente (Semadet) no respondió a una solicitud de entrevista sobre el tema.
Pero esas historias se olvidan en el diario vivir por todos los problemas que padece esta comunidad marginada. La “maldición” comenzó cuando sufrió una inundación en el temporal de 2008. Aunque se realizaron obras, la contaminación del Arroyo “El Ahogado”, que desemboca en el Río Santiago, afecta la salud de habitantes. Cualquiera que visite la zona sale con dolor de cabeza y náuseas. “Hay olores a huevo podrido o estiércol”, lamenta Marta Serratos, quien llama a su nieta Joselín para que muestre una infección que se expande en la piel del hombro derecho. “La colonia es un basurero, hay animales muertos y escombro. Por eso los niños tienen diarrea, mocos o infecciones. Cuando llueve o hay calor todo empeora”, explica Marta mientras observa una alcantarilla que “vomita” aguas negras entre las calles Azucenas Poniente y Las Rosas.
La Azucena está a cinco minutos en automóvil del Centro de El Salto. Las enfermedades no son los únicos problemas por vivir en una zona donde las rentas de casas han caído a los 850 o 650 pesos mensuales: la inseguridad se demuestra en viviendas abandonadas e incendiadas por malvivientes. “¿Dónde está el apoyo del Ayuntamiento? Las calles están todas destrozadas, el transporte público pasa poco, el servicio del agua falla. Ni siquiera nos apoyan para rehabilitar una cancha de futbol”, reclama Alfredo Carrasco. La Azucena es el ejemplo de que la macrorrecomendación emitida en 2009 por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, para mejorar la calidad de vida de pobladores de 14 municipios, se incumple en diferentes grados por las autoridades. La millonaria planta de tratamiento de El Ahogado “no soluciona nada”, coinciden vecinos.
El alcalde Joel González pide paciencia: “Están en proceso un parque lineal y un centro de desarrollo comunitario en La Azucena. Luego vendrá la repavimentación de dos avenidas y el cambio de luminarias (invertirán 15 millones en estas obras)”.
La creación de ordenamientos ecológicos, mejorar el manejo de residuos, abatir la contaminación atmosférica, más plantas de tratamiento, parques, reducir la marginación y mejorar la salud, son los pendientes en el Polígono de Fragilidad Ambiental de la Cuenca de El Ahogado decretado tras la macrorrecomendación.
La Secretaría de Medio Ambiente (Semadet) no respondió a una solicitud de entrevista sobre el tema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario